Venía de ser la decepción de la Uruguay campeona en la pasada Copa América. Y de disputar no más de 76 minutos con el primer equipo esta temporada. Pero su partido ayer en Lyon, sin llegar a convencerme, me dejó sensaciones contrapuestas, al mismo tiempo que me hizo reflexionar acerca de la importancia de estar en el sitio y en el momento adecuado. Lodeiro no eligió el sitio, la posición, se tuvo que adaptar. Tampoco el momento, le llegó casualmente con la lesión de De Jong.
Pese a tener opciones más factibles para la desvirtuada posición de 'nueve', De Boer echó mano del pequeño uruguayo para que hiciera, a su modo, las veces de los lesionados Sigthórsson y Bulykin. Forzosamente, sin tener garantía de su experimento, contra el NAC Breda en liga, y premeditadamente en Gerland contra el Lyon en Champions. Guardiola sembró el precedente hace ya tiempo con Messi y De Boer siguió la moda con Lodeiro, al igual que lo hizo Del Bosque con Silva frente a Inglaterra. Puede gustar más o menos, pero no deja de ser una opción con la que ocupar el centro de la delantera.
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