2.10.12

El año de Jozy

Dicen las malas lenguas que los delanteros sin gol emigran a Holanda en busca del elixir que les devuelva el olfato. En la Eredivisie, dicen, no hay defensas. Y si las hay, son de mentira. Eso explica, en cierto modo, porqué el máximo goleador de la liga supera la treintena de tantos casi cada temporada. Si a eso le sumamos que a los jugadores noveles a penas les cuesta hacerse un nombre en el panorama nacional, el escenario resultante es inmejorable para atraer arietes extranjeros con sed de gol (el último, Teddy Chevalier) como el protagonista de esta historia.

"Born in the USA" - 06/11/1989

Josmer Volmy "Jozy" Altidore llegó al AZ en verano de 2011 a cambio de un millón y medio de euros, tras haber naufragado en España, Inglaterra y Turquía (donde a penas sumó seis goles en tres temporadas), y desde entonces se ha mantenido como delantero titular del equipo alkmaarder, el único en el 4-3-3 de Gertjan Verbeek. Sin embargo, el norteamericano no siempre ha sido tan indiscutible para su técnico. En su primera campaña tuvo que alternar suplencia y titularidad con Charlison Benschop durante un tiempo por culpa de una sequía goleadora y, pese a ello, logró terminar la temporada habiendo alcanzado la nada despreciable cifra de 19 goles. "A veces no entendía a lo que se refería Verbeek", manifestó Altidore hace algunos días.

Todo indica que este será el año en que el internacional estadounidense mire al resto de 'nueves' por encima del hombro: en siete jornadas de liga disputadas suma ocho tantos y acumula dos dobletes (Ajax y Heracles) y un hat-trick (Roda). "Ahora sé lo que me piden", asegura el robusto delantero que desde hace poco asiste a clases de holandés. Altidore es la pieza indispensable en los ataque del AZ: cae a recibir constantemente para abrir líneas de pase y tira rupturas a espaldas del defensor para buscar portería. Siempre está ahí, cerca del área esperando un espacio que llenar, una pared que devolver o un centro que rematar. Pero lo del domingo fue diferente. El diecisiete se salió de contexto por un instante y esculpió una verdadera obra de arte que poco tiene que ver con sus funciones básicas. Ya no debería extrañar, pues, que al norteamericano le salga todo lo que intenta. Porque, sin duda, este es el año de Jozy.

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